El día miércoles 13 de marzo de 2013 fue elegido el obispo argentino Jorge Begoglio como el nuevo sumo sacerdote de la jerarquía de la Iglesia Católica Apostólica Romana.
Después de más de 1800 años de un dominio europeo en una de las religiones más populares, las puertas de la catedral de San Pedro se abren ante un Papa del nuevo mundo, con lo cual la religión intenta ,de una manera desesperada, cambiar su imagen escandalosa a nivel internacional, con tanta corrupción e impunidad persistente, misma que ha provocado la perdida de fe.
Sin embargo el nuevo Papa inicia su camino con escandalos personales que lo persiguen desde su país natal, ya que se le ha acusado por quedarse callado durante la dictadura argentina que provoco la desaparición de más de 30,000 ciudadanos.
La verdad, se ve que el sistema no cambiara mucho, el nuevo jerarca sigue teniendo las mismas ideas arcaicas de su antecesor, aunque es muy carismático y humilde, sus ideas anacrónicas lo único que provocaran será una perdida de creyentes aún mayor que con el obispo benemérito Ratzinger.
De buena fe, lo mejor que podría hacer para recuperar la confianza de sus feligreses es iniciar un proceso de depuración de las manzanas podridas de su institución religiosa ya sea ante los tribunales canónicos o ante los tribunales civiles o ambos.
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