Cuando escuché por primera vez la expresión "chivo expiatorio" llegó a mi infantil mente la idea de un doble agente, es decir, la de un espía que simulando la traición de su bando procedente, realmente va a recabar información para estos y traicionar a sus supuestos nuevos aliados. Esa idea permaneció mucho tiempo en mi mente sin tratar de aclararla.
Muy posiblemente fue hasta la época de la universidad cuando me entere realmente del valor de esa expresión, ya que en las clases se hablaba que en política utilizan mucho a los chivos expiatorios para lograr un éxito o hacer un control de daños y que no sea tan severas las consecuencias de un error cometido. Tal es la razón de la palabra expiar que es definida por la Real Academia de la Lengua (RAE) como:
Expiar.
(Del lat. expiāre).
1. tr. Borrar las culpas, purificarse de ellas por medio de algún sacrificio.
2. tr. Dicho de un delincuente: Sufrir la pena impuesta por los tribunales.
3. tr. Padecer trabajos a causa de desaciertos o malos procederes.
4. tr. Purificar algo profanado, como un templo.
Entrando en contexto, ya que se trata de una palabra con significados variados, nos referiremos a expiar, como la forma de borrar o purificarse de culpas por medio de algún sacrificio. Así mismo, la RAE señala al chivo expiatorio como:
expiatorio.
1. m. Macho cabrío que el sumo sacerdote sacrificaba por los pecados de los israelitas.
De esta manera, el chivo expiatorio en sentido estricto es un macho cabrio que es sacrificado por los sacerdotes a manera de borrar o purificar pecados.
Aplicado al contexto social y político, decimos que se usa un "chivo expiatorio" no solo para lograr enmendar una culpa o crimen, sino para lograr un fin, resumido en la frase atribuida al político originario de Florencia, Nicolás Maquiavelo "el fin justifica los medios" o sea que se busca una utilidad más allá de encontrar la salvación.
Como ejemplo, podemos encontrar a Jesucristo como un chivo expiatorio o mejor dicho como un "Cordero de Dios" (agnus dei) ya que con su muerte liberó al hombre del pecado original. En la mitología griega, encontramos a Prometeo, quien conmovido por la fragilidad de los mortales, decide darles el don del fuego olímpico aún en contra de la voluntad de Zeus, quién lo condena a expiar sus culpas mediante la tortura que recibe todos los días al ser devorado por una enorme ave, para que durante las noches sanen sus heridas y vuelva a ser atormentado por toda la eternidad, indirectamente, el Dios padre del Olimpo demuestra su poder ante aquellos que desacaten sus ordenes.
En nuestro contexto histórico encontramos muchos ejemplos macabros, las masacres de Rio Blanco y Cananea, la masacre de 1968, los que ahora me llegan a la mente. Con esas masacres se trató de hacer un control de daños, para mantener el orden y la estabilidad nacional, evitando que esos hechos aislados tuvieran una mayor difusión y poner en movimiento a la masa colectiva.
Actualmente, la pintoresca detención de la maestra Elba Ester Gordillo, pareciera que es el chivo expiatorio del presidente Enrique Peña Nieto, con el cual le manda un mensaje a sus gobernados y sus opositores, da un estimulo a quienes votaron por él y da un giro de 180 grados para aquellos que pensabamos que la lideresa seguiría en poder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación otro sexenio más, siendo un movimiento muy útil para el ejecutivo federal ya que mantiene a la sociedad en estado de shock y muchos en la confusión cambiaran la manera en como se ha visto al presidente estos ya cuatro meses de gobierno.
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