Tal vez, ya que es vago el recuerdo, todo empieza con la revista Rolling Stone México, donde de manera arbitraria (opinión mía de aquel entonces) uno de los discos de Bob Dylan es catalogado como el mejor de todos los tiempos (Por ahi debo tener esa edición, la última que compre desde ese día) dejando a un lado a mis bandas favoritas a principios de 2000 (Café Tacuba, Caifanes. era joven, lo lamento) Posteriormente, en una revista (un especial de The Beatles) me entere que Dylan fue quien les dio a fumar mota a "el cuarteto de Liverpool" alguna vez (Ahorita que escribo esto se me hace muy gracioso) así que, por tales antecedentes como que no me agradaba mucho el señor Dylan. Hubo un tiempo conciliatorio y fugas en el que me obsesione con su canción It´s Alright Ma (I´m only Bleeding) porque apareció en el último capitulo de Los Soprano, pero como varios artistas mexicanos que yo escuchaba se burlaban del estilo de Dylan pensé -Pues si canta algo gracioso, además, le robó la canción de Like a Rolling Stone a los Rolling Stones (que idiota puede llegar a ser uno a veces)-. La cereza del pastel fue la película de Factory Girl donde Dylan se comporta como un verdadero patán con Edie Sedgwick (entre Bob Dylan y Andy Warhol realmente), fue un rompimiento de este pobre desconocido que ahora escribe. con el legendario cantante.
Últimamente me enganche con la música de la cantante del sur de EEUU, Chan Marshall (que nombre tan singular, si no fuera tan gringo así me hubiera gustado llamar a una de mis hijas, si llegará a tener) y mientras buscaba información sobre de ella, me entere que es admiradora ferviente, ni más ni menos, que del señor BOB DYLAN, no solo eso, sino que el día que lo iba a conocer por primera vez, le escribió una canción rápidamente en su computadora (una canción muy hermosa por cierto) llamada Song to Bobby. Me sentía decepcionado, una por pensar tan mal del poeta vaquero y la segunda por que Chan lo admirara tanto.
Derrotado ante tan poderoso contrincante, contra el que nunca tuve oportunidad, me volví a refugiar en mi fiel amigo y mi héroe personal Syd Barrett, el que nunca me decepcionaría, tal vez por que ya está muerto y desde hace un largo tiempo, hasta su último día, había desaparecido de la música, siendo solo el estandarte "loco" de su anterior banda. Eso pensaba yo confortado en mi mediocridad de no poder hacer que millones de personas, incluida Chan, dejaran de escuchar a Dylan. Sin embargo, es donde esta extraña tragedia personal-musical parece llegar a su fatal desenlace.
Estaba escuchando el disco The Madcap Laughs en youtube, pensando en como pude perder a Chan Marshall, aquella ingeniosa mujer que tomó su nombre artístico de las maquinarias pesadas de la Caterpillar Power -yo la sentía como mi Syd Barrett del sexo femenino- exclamaba para mis adentros, mientras iba buscando una relación cósmica entre ella y el cantante de Cambridge, pensando que ella nunca ha mencionado a Pink Floyd como una banda que influyera en su música. Todo eso transcurrió durante ociosas horas que bien podía usar para leer algo o dormirme para dejar de pensar en tantas banalidades cuando de pronto veo un vídeo de Barrett cantandole a ¡BOB DYLAN!. Sentí que enloquecía en ese momento, al mismo tiempo, sentía que me liberaba de un yugo y que desde donde fuera que estuviera, Barrett me decía "Hijo, esta vida es dura, no te fabriques enemigos imaginarios". Es por eso que aunque no soy fan de Bob Dylan, al menos he derribado una barrera de rencor que parecía solo un juego, pero que al parecer si me afectaba de manera muy negativa. Me da risa, hasta me siento un poco demente, pero es que la verdad, la música es una gran parte de mi vida y ahora lo comprendo más que nunca.
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