jueves, 25 de abril de 2013

Oblivion

Ayer vi la película de Oblivion, protagonizada por Tom Cruise. La historia se ubica en las ruinas de la ciudad de Nueva York donde Jack Harper (Cruise) es un técnico encargado de la supervisión de las maquinas de seguridad de su sector, ayudado por su esposa Vika, quienes parecieran ser los últimos seres humanos sobre la tierra. Sin embargo no se encuentran solos, ya que un grupo de raza desconocida llamados como los "carroñeros" se encuentran merodeando el lugar y son un peligro para la pareja. 

Los efectos especiales son bastante buenos, la ambientación es un desierto donde solo algunos lugares emblemáticos de "la ciudad que nunca duerme" son apenas reconocibles. También se puede encontrar un desastre cósmico que los más nostálgicos/románticos podrán ver en el cielo de la tierra. No quiero escribir de más, pero hay una escena en especial que es muy buena y que la verdad deja con un buen sabor de boca al ver algo de esperanza en medio de todo ese desértico apocalipsis.

Las escenas románticas son buenas y hacen que a uno le vuelva a latir el corazón y de desnudos hay uno no tan lesivo pero que si puede llevar a sonrojarse (o como en el caso del espectador sentado una fila detras de mi) a reírse pudorosamente al ver el cuerpo de la esposa de Harper al desnudo.

En esta ocasión me toco ver una buena película de ciencia ficción, esperemos el día de mañana a ver el estreno de Ironman 3, que la verdad, solo he visto la primera y solo a la mitad.

La pistola láser se parece a la del Supernes

viernes, 19 de abril de 2013

Mi tragedia personal con Bob Dylan

Tal vez, ya que es vago el recuerdo, todo empieza con la revista Rolling Stone México, donde de manera arbitraria (opinión mía de aquel entonces) uno de los discos de Bob Dylan es catalogado como el mejor de todos los tiempos (Por ahi debo tener esa edición, la última que compre desde ese día) dejando a un lado a mis bandas favoritas a principios de 2000 (Café Tacuba, Caifanes. era joven, lo lamento) Posteriormente, en una revista (un especial de The Beatles) me entere que Dylan fue quien les dio a fumar mota a "el cuarteto de Liverpool" alguna vez (Ahorita que escribo esto se me hace muy gracioso) así que, por tales antecedentes como que no me agradaba mucho el señor Dylan. Hubo un tiempo conciliatorio y fugas en el que me obsesione con su canción It´s Alright Ma (I´m only Bleeding) porque apareció en el último capitulo de Los Soprano, pero como varios artistas mexicanos que yo escuchaba se burlaban del estilo de Dylan pensé -Pues si canta algo gracioso, además, le robó la canción de Like a Rolling Stone a los Rolling Stones (que idiota puede llegar a ser uno a veces)-. La cereza del pastel fue la película de Factory Girl donde Dylan se comporta como un verdadero patán con Edie Sedgwick (entre Bob Dylan y Andy Warhol realmente), fue un rompimiento de este pobre desconocido que ahora escribe. con el legendario cantante.



Últimamente me enganche con la música de la cantante del sur de EEUU, Chan Marshall (que nombre tan singular, si no fuera tan gringo así me hubiera gustado llamar a una de mis hijas, si llegará a tener) y mientras buscaba información sobre de ella, me entere que es admiradora ferviente, ni más ni menos, que del señor BOB DYLAN, no solo eso, sino que el día que lo iba a conocer por primera vez, le escribió una canción rápidamente en su computadora (una canción muy hermosa por cierto) llamada Song to Bobby. Me sentía decepcionado, una por pensar tan mal del poeta vaquero y la segunda por que Chan lo admirara tanto.

Derrotado ante tan poderoso contrincante, contra el que nunca tuve oportunidad,  me volví a refugiar en mi fiel amigo y mi héroe personal Syd Barrett, el que nunca me decepcionaría, tal vez por que ya está muerto y desde hace un largo tiempo, hasta su último día, había desaparecido de la música, siendo solo el estandarte "loco" de su anterior banda. Eso pensaba yo confortado en mi mediocridad de no poder hacer que millones de personas, incluida Chan, dejaran de escuchar a Dylan. Sin embargo, es donde esta extraña tragedia personal-musical parece llegar a su fatal desenlace.

Estaba escuchando el disco The Madcap Laughs en youtube, pensando en como pude perder a Chan Marshall, aquella ingeniosa mujer que tomó su nombre artístico de las maquinarias pesadas de la Caterpillar Power -yo la sentía como mi Syd Barrett  del sexo femenino- exclamaba para mis adentros, mientras iba buscando una relación cósmica entre ella y el cantante de Cambridge, pensando que ella nunca ha mencionado a Pink Floyd como una banda que influyera en su música. Todo eso transcurrió durante ociosas horas que bien podía usar para leer algo o dormirme para dejar de pensar en tantas banalidades  cuando de pronto veo un vídeo de Barrett cantandole a ¡BOB DYLAN!. Sentí que enloquecía en ese momento, al mismo tiempo, sentía que me liberaba de un  yugo y que desde donde fuera que estuviera, Barrett me decía "Hijo, esta vida es dura, no te fabriques enemigos imaginarios". Es por eso que aunque no soy fan de Bob Dylan, al menos he derribado una barrera de rencor que parecía solo un juego, pero que al parecer si me afectaba de manera muy negativa. Me da risa, hasta me siento un poco demente, pero es que la verdad, la música es una gran parte de mi vida y ahora lo comprendo más que nunca.

viernes, 12 de abril de 2013

Te pagaré, antes de morir

Voz melódica que despierta mis letargos más profundos, entra una vez más a través de las penumbras más tenebrosas para mostrarme la luz del sol que como estoicos guardianes iluminan divinamente tu cabellera corta. Abandonemos todo y en una infatigable entrega de trémulas caricias persigamos un presente propio, lleno de tus cantos armónicos y la total dependencia de mis oídos a la expectación de un encuentro contingente sin contemplaciones de pudor. Vivir contigo sin tenerte pero abrigado por la presencia de tu femenina melancolía que impregna cada rincón de este antes vacío espacio sin fe, lleno de hipocresía antes censurada, que ahora se transforma en poderosas ansias de vivir y de morir. Joven y rozagante  figura, épica de mis anhelos más arraigados, recuerdos de días llenos de embriagadores néctares, caídas incontrolables y hondas soledades, ahora vistos como la etapa de máximo esplendor de la perennidad,  de la fatuidad en las energías de mi virilidad apaciguada ante figuras decadentes traídas por una pantalla de bulbos. Los ayes y el crujir de dientes acompañen tu invisible ser, que me guían ante las encrucijadas más dolorosas que jamas haya cruzado, dando valor y sentido a todo cuanto en la tierra se mueve, de las leyes de la naturaleza, la inmortalidad sea tu castigo, divina beldad sureña.

viernes, 5 de abril de 2013

De libro en libro

Una de mis costumbres como lector es la de leer de a un libro a la vez, ya que así no dejo inconcluso un texto antes de pasar al siguiente. Asi es como le he dado su tiempo a libros como Que Sueñan la Ovejas Eléctricas de Phil K Dick, La Fortaleza de Paul Wilson, 1280 Almas de Jim Thompson y La Diosa Ciega de Anne Holt que son los últimos títulos que he tenido el placer de revisar y de devorar durante el transcurso de días enteros quizás  Pienso en los autores como unos seres atados a una idea a la cual le dedican años enteros de su vida, los más breves tal vez meses, para poder proveer a sus lectores de un libro que llene sus expectativas o al menos cambie el humor de estos cuando están revisando su obra, por ello es mi costumbre dedicarle su tiempo en retribución a su trabajo y tal vez recordar el nombre de algún personaje, cosa que no se me da.

Sin embargo como ya dije en mi entrada anterior de blog, fui a comprar unos libros al remate que se llevo a cabo en Auditorio Nacional la semana pasada. Pues bien, los cinco ejemplares que entraron a mi colección están acaparando completamente mi atención de una manera extraordinaria. Creo que no había experimentado la sensación de tener más de un libro a la vez y ahora cambio de libros como cuando cambio de canales de televisión. Cuando quiero saber algo de Juio César, leo su libro Guerra Civil, si deseo conmoverme con una historia del deporte reviso la compilación de textos llamada Hambre de Gol, dedicada a la historia del balompié mexicano en su mayoría;  si deseo nutrir mi espíritu leo a Persio y su satírica poesía (he de decir que este último libro me ha costado mucho trabajo en comprender, por lo que he decidido postergarlo hasta terminar mis tres lecturas anteriores); ya por último, cuando deseo impactarme con la Segunda Guerra Mundial, reviso el álbum de fotografías que conseguí, motivado lo suficiente por el gusto que comparto con mi padre en este tema.

Pues creo que este sentimiento me tiene absorto por el momento, buscando algo que me ayude a superarme, ya que actualmente atravieso la peor etapa de mi vida, el tedio me ha alcanzado y los libros son hasta ahora ese bello sendero que hace soportable esta monstruosa incertidumbre. Espero pronto salir de este bache, lo bueno es que al menos tengo algo para leer y saber que las cosas nunca están quietas y ya sea que ocurra algo bueno o algo horrible, nada dura por siempre.